Cada día iba descubriendo algo nuevo de Scrum, por un lado el aire que se respiraba en la oficina bajo Scrum parecía menos tensionado o estresado que en otras oficinas sin metodologías ágiles, lo cual era bastante bueno, sin embargo cuando el sprint llegaba a su fi, los días anteriores, es cierto que algunas veces se respiraba más agobio, pero nada preocupante.
El trabajo se organizaba en periodos bi-semanales, llamados sprint. Cada sprint arracanba y terminaba el mismo día de la semana, cada dos semanas. ¿En qué se trabajaba en un sprint? Para contestar a esta pregunta hay que hablar de lo que es un sprint planning, en siguientes artículos hablaré más detenidamente sobre esta sesión, ahora contaré mis impresiones de lo que viví.
Nos reunimos todos, desarrolladores, QAs, y el producto owner. Este último empezó repasando el sprint actual, que se estaba a punto de cerrar, para ver si se había terminado todo el trabajo, o quedaba algo por finiquitar. Lo que no se había podido terminar por alguna razón se incluiría en el nuevo sprint. Por otro lado repasamos el backlog (pila de todos los tickets con las historias de usuario), nuestro product owner (PO) tenía las historias de usuario preparadas, priorizadas y estimadas por nosotros (equipo de desarollo), cosa que habíamos hecho en sesiones anteriores de refinamiento.
El PO empezaba incluyendo user stories desde el backlog (desde arriba) al borrador de lo que sería el sprint, hasta llegar a una cantidad adecuada para el equipo. Se volvía a repasar cada ticket (elemento), así lo recordabamos, repasabamos el motivo por el que era importante para el usuario, y comentabamos de nuevo las posibles dificultades o planteamiento técnico. Finalmente, el PO nos preguntaba si nos comprometíamos con dicha configuración del sprint, y eramos nosotros, el equipo de desarrollo (programadores y QAs) quienes aceptábamos o negociábamos incluir o eliminar alguna historia de usuario, dependiendo de la capacidad que tendriamos durante las próximas dos semanas.
Una vez aceptado el borrador de sprint, le poníamos un nombre al sprint. Esta era la parte más divertida, siempre buscábamos un nombre gracioso de acuerdo a la configuración del sprint o bien a algo importante reciente que hubiera pasado en nuestro grupo de trabajo, o fuera a pasar.
Habeus sprint, se nos planteban dos semanas apasionantes de desarrollo y más refinamiento (para los siguientes sprints). El primer paso, nueva reunión corta para ver quién hace qué, y como nos auto-organizamos.
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